domingo, 3 de agosto de 2014

Who Do You Love? Cap. 2 "La Confiture de Fraise"

El segundo capítulo. Espero que les guste :D El tercer capítulo todavía está en proceso.

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Todo estaba obscuro y lo único que se podía ver era algo incendiandose a la distancia.
Cerca del fuego estaba Ryutaro observando como se incendiaba esa gran pila de documentos del tamaño de un edificio. En sus ojos no se veía sentimiento alguno y sólo reflejaba las llamas que se veían a la distancia. 
–Tal vez si..
Ryutaro se acercó al fuego hasta adentrarse a él y se perdió convirtiendo en ceniza.

–¡Ryu!¡Despierta!
Ryutaro abrió los ojos espantado y se secó las lágrimas.
–¿Estás bien?–dijo Yuto mientras le agarraba del hombro intentando hacerlo regresar a su conciencia.
–Sí–contestó Ryutaro algo molesto–¿Por qué estás aquí?
–Yo sólo quería saber como estabas.
–Pues, estoy bien, entonces ya te puedes ir.–le espetó.
–Yo, erm.
–Sólo sal de mi cuarto, ¿sí? ¡Está de miedo encontrarte en mi cuarto viéndome de noche!-le gritó y arrastró a Yuto fuera de la habitación.
–Ryutaro–murmuró mientras se detenía cerca de su hermanastro–¿de qué estás huyendo?
El chico miró a Yuto al rostro y pudo sentir como éste leía su ser como un libro infantil.
Comenzó a jadear, asustado.
–¿Y a ti qué más te da?
Ryutaro cerró la puerta de un portazo y se encerró bajo llave. Le espantaba la idea de poder ser leído tan fácilmente, como si sus problemas fueran los más comunes y simples del mundo. Le espantaba y la idea hería lo más profundo de su ser.






–¡Yuto!
–Perdón, ¿qué estabas diciendo?
Yuri suspiró angustiado-
–¿Sucede algo?
Yuto lo miró con la pregunta vagando por su mente.
–¿Por qué es tan difícil relacionarme con él, Yuri?
–Oh. Entonces es acerca de él, ¿no?¿Ahora qué pasó?
–Pasó.–dijo y se detuvo–Pasaron cosas.
–Ok, mira, no tienes por que decírmelo, pero creo que te vendría bien contarlo a alguien.–dijo algo dolido por que su mejor amigo no confiara tanto en él.
–Perdón.–suspiró Yuto acostándose en la banca.–Es que no me siento como para hablar sobre eso. Es mucho que procesar.
–Claro.
–Pero, ¿por qué no me cuentas algo?–Dijo intentando cambiar lo más fluido de tema.
–Pues, mi vida no es tan interesante como la tuya pero lo intentaré. Entonces, em, ayer me encontré con este tipo llamado Takaki, creo que ya te había contado acerca de él. Y fuimos a cenar, y nos tomamos de la mano.
–¿Y lo besaste?–murmuró gracioso a su amigo.
–Jajaja ¡no!–gritó Yuri sonrojandose como tomate.
–Claro.-dijo Yuto incrédulo.
–¡En serio! O sea, es muy lindo y todo pero no es mi tipo.
–Y te diste cuenta de esto después de ¿cuántas citas?
–¡Tres!–carcajeó Yuri–¡No son tantas!
Siguieron riendo, dejando a Yuto más feliz y a Yuri más aliviado por su amigo. Nada podía estar tan mal en la casa de los Nakajima, ¿o sí?




–Ya pueden salir, recuerden que mañana hay examen.
Ryutaro agarró su mochila y comenzó a guardar sus cosas mientras escuchaba las voces que lo rodeaban.
–Creo que vive con los Nakajima.
–¿Esos Nakajima?
–¿Te refieres a Yuto-sempai?
–¡Sí, sí!
Estaba harto de tener que escuchar siempre lo mismo.
–Entonces, ¿Morimoto-kun es su hermano?
–¡No soy su hermano!¿Por qué no se meten en sus propios asuntos?
El salón entero guardo silencio al escucharlo y varios compañeros retrocedieron asustados. El chico salió moviendo su mochila de lado a lado procurando darle a cualquier chico que pasara por ahí. Probablemente todos pensaban lo mismo de él, entonces daba igual a quien le daba.
Al salir del edificio de la escuela se paró en seco, arrepintiéndose de todo, pero , ¿a quién le importaba?
Comenzó a sentir las lágrimas saliendo de sus ojos y entonces corrió rápidamente hacia el lugar donde se sentía más seguro, un parque cerca de su antigua casa.
En cuanto llegó se paró frente a él y sintió como un vació lo invadía. Se puso de cuclillas, esperando que la ansiedad que le oprimía el pecho se desvaneciese cuando sintió un fuerte golpe en la espalda el cual lo tiró al suelo.
Levantó la mirada confundido y vio a Yuri Chinen, el mejor amigo de Yuto, con la cara en el suelo y la bicicleta en la que iba a la mitad de la avenida.
–¿Estás ciego?–le reclamó.
–Perdón, perdón. Iba mirando un espectacular. De verdad lo siento.
Ryutaro vio como el chico estaba de verdad arrepentido y comenzó a sentirse peor de lo que se sentía.
–Yuri, ¿cierto?–comenzó.
–Erm, sí.
–Tu bicicleta está a la mitad de la avenida.
La cara de Yuri se enrojeció con velocidad mientras asentía. Comenzó a caminar hacia la bicicleta pero Ryutaro lo detuvo.
–Déjame, iré yo por ella. Después de todo fue mi culpa por estar tirado en el suelo.
Yuri sonrió con alivio. Cuando Morimoto traía la bicicleta de regreso notó que Yuri tenía algo en las manos.
–Esto no es tuyo, ¿Verdad?–dijo mientras le mostraba un libro empapado.
–¡Sí!¡Dios!¿Qué le pasó?
Corrió hacia el chico y estuvo a punto de quitarle el libro de un empujón cuando notó su cara de susto. No debería de gritarle. Se veía que Yuri era un chico muy sentimental.
–Lo siento, de verdad lo siento. Debería de fijarme hacia donde voy. Te repondré el libro.–dijo Yuri.
–Erm, no, ¿como crees? Creo que ya te estaría causando mucha molestia.–musitó Ryutaro aunque estaba seguro de que el que estaba causando mucha molestia era el otro chico y no él.
–No, no, no. Por favor. Acepta mi libro. Lo tengo en mi casa. No tomará mucho, por favor.
Ryu, ante la insistencia del chico, no tuvo más que aceptar.




La casa de los Chinen no era tan grande como la de los Nakajima. Cierto, tenía tres pisos, pero mucho más pequeños y no tenían tanta servidumbre como en la casa de su familia.
Pero lo que sí era realmente impresionante era la biblioteca de los Chinen. Era enorme y en cada pared parecía haber más de 3,000 libros y eso era sin exagerar.
Yuri entró e invitó a Ryutaro a tomar asiento dentro. Después caminó hacia un estante, sacó un libro y lo observó.
–¿Estás leyendo este libro para la escuela o por placer?–preguntó Yuri mientras se sentaba junto a él.
–Por placer. Mi padre solía leérmelo.
–¿El Sr. Nakajima?
–No, mi verdadero padre.–soltó dolido.
–Dios, de verdad lo siento.–chilló Yuri mientras se escondía detrás de sus manos.
–Yuto ya te había dicho, ¿cierto?
Yuri arrugó la cara como una pasa y bajó la cabeza intentando esconderla en una almohada que tenía en las manos.
–Sí. Perdón por entrometerme.
–Si vuelves a disculparte te lo juro que me lo voy a creer.
–No, lo digo en serio.
Ryutaro sonrió y negó con la cabeza.
–Está bien. Yuto es tu amigo y tiene el derecho de contarte lo que quiera.
Yuri sonrió de regreso, aún angustiado y le entregó el libro.
–Gracias.
Ryutaro tomó el libro y se paró.
–Será mejor que me vaya.
–Déjame acompañarte a la salida.–ofreció Yuri.
–No, no. Está bien. Puedo encontrar la salida yo sólo. Gracias de nuevo.
–Claro. Hasta mañana.
–Hasta mañana.– gritó Ryutaro con una sonrisa. Cuando lo vio, Yuri sintió como si le hubieran pegado un puñetazo en el estomago. Se hizo un ovillo, sonrojado hasta las orejas.

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Me encantó trabajar en este capítulo. Espero pronto terminar esta serie. ¡Cerrando ciclos!(:



Who do you Love? Cap. 1 "Connaissez-vous la personne que vous aimez?"

Ya de regreso. Con más conocimiento en cuanto a la escritura y con una creatividad y ortografía renovada. Esta vez retomare un fan fic que mandé para un concurso hace cerca de cuatro años. Claro que jamás llegue a terminarlo y después le siguieron muchas otras situaciones que simplemente me lo siguieron impidiendo. Pero ahora les traigo la versión revisada, aumentada y mejorada de esta entrada. ¡Muchas gracias por leer!

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Nombre:Who do you love?
Numero de capítulos: Esperemos que 5
Parejas:Yamajima, Chiitaro
Genero: Shonen-ai,Drama, Comedia
Formato: Normal
Canción: "Bailando Solo" de Los Bunkers
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–Ryosuke! ¡Desayuno!

–¡Voy!– gritó Ryosuke desde su cuarto y salió arreglándose la corbata.
Bajó las escaleras y antes de sentarse a desayunar miró por la ventana observando las preciosas rosas que habían crecido ese año en el jardín.
–Primer día de escuela, ¿eh?– susurró para él mismo.

–¿Perdón?–dijo su mamá.
–No, nada.
Ryosuke se paró rápidamente y agarró su mochila todavía con el bocado en la boca.
–Ya me voy, no quiero llegar tarde el primer día. ¡Nos vemos más tarde!



Ryosuke llegó 20 minutos antes. Observó a su alrededor disfrutando del olor a tierra mojada, observando las rosas y a todos los estudiantes que entraban ansiosos al plantel para ver la tabla de salones. Él, al igual que sus compañeros se acercó y buscó su nombre con detalle.
–¡Estamos  juntos de nuevo!– Escuchó a lo lejos y volteó para ver a un pequeño chico lanzando una sonrisa a otro chico parado junto a él.
–¿No estas feliz, Yuto?
–¡Claro!– sonrió el muchacho y comenzó a avanzar hacia los salones.
Ryosuke se quedó observando al chico llamado Yuto mientras sentía un ligero estremecimiento y su corazón palpitar muy fuerte.
–Al parecer nos tocó de nuevo juntos.
Ryosuke volteó curiosamente para ver quién le decía eso y se encontró con su mejor amigo.
–¿Qué? ¿Hoy vienes de intelectual, Keito?–dijo burlonamente.
–No–respondió serio y volteando a ver la tabla de nuevo.
–Sólo me quería hacer el interesante–
–¿Interesante?–preguntó algo sarcástico–¿exactamente en qué sentido?–
Keito rió y le dio unas palmaditas en la espalda.
–No sabes qué pueda pasar–dijo y empezó a avanzar hacia los salones con Ryosuke siguiéndolo, riendo aunque un poco confundido por la respuesta.
–¿En que salón vamos?–preguntó Ryo después de un momento de silencio.
–En 2°A–respondió Keito mirando los carteles donde venían los grupos y grados impresos.
Después de caminar un rato se detuvo frente a un salón y entró, todavía con Ryo pisándole los talones. Cuando se pararon al frente todo el barullo dentro del salón se detuvo. Por algunos momento salieron pequeños murmullos de entre los cuales apenas se podían distinguir palabras. Keito avanzó entre las bancas observando cuidadosamente los lugares y sus dueños.
Mientras que Ryo simplemente se sentó en la banca del profesor a observar las nubes.
–¡Ryosuke!–interrumpió Keito–¿Qué te parece este lugar?–dijo señalando un lugar junto a la ventana.
Ryo lo vio de reojo y asintió, haciendo que la persona que estaba ahí se moviera a otro asiento al igual que el de la banca de junto.
Avanzó hasta el lugar y antes de sentarse agradeció al que le había cedido la banca haciendo que sonrojara y que los murmullos empezaran de nuevo. Después volteó hacia la entrada del salón para solamente observar quien llegaba y vio a el muchacho alto de hacia rato, Yuto. Observó como él y su compañero observaban estoicos la situación. Después de un momento volteó a la ventana algo apenado por quedarsele viendo de esa forma.
–¿Qué piensas hacer después de clases?–dijo Keito.
Haciendo que la atmósfera se alivianara de golpe y todos comenzaron a platicar como si nada hubiera pasado.
–No lo sé–contestó regresando su vista al salón para buscar a Yuto.–Supongo que iré con Miki, hoy también es su primer día de clases.
–¡Dios!–rezongó Keito–Tu siempre con tu prima.
Ryosuke rió y después de volver a inspeccionar el salón encontró a Yuto sentado en la esquina platicando con Yuri.
–Somos muy unidos después de todo–dijo regresando la vista a Keito.
–Pasamos toda la vida haciendo todo juntos.
–Sí, sí–Keito apoyó su cabeza en su brazo y se le quedó viendo a Ryo. Después de un rato entro el profesor presentandose y acomodando los lugares dejando a Yuto a solo dos lugares de Ryo. Éste se le quedó viendo de reojo casi toda la clase sin poner lo mas mínimo de atención. Había algo en ese chico que le atraía de una manera que no podía igualar en ese momento.



Las clases pasaron tan rápido como un estornudo y entre mas rápido mas aumentaba la euforia hacia Yuto. De verdad tenía algo que hacía que su corazón latiera fuerte y sintiera la respiración agitada.
¿Porqué había causada una sensación tan extraña en Yamada?
¿Qué tenía él de diferente comparado con sus demás compañeros? Probablemente nada. En esa "all-boys school" todos eran iguales ricos, hijos únicos o con un solo hermano, de casas grandes y lujosas, que han viajado por el mundo y un sin fin de lujos que solo la gente de su nivel social podía disfrutar. Pero él tenía algo. Algo que lo atraía mucho. Pero primero tenia que hablarle para después poder saber de que se trataba.
–¿Entonces vas con tu prima?–interrumpió Keito mientras se paraba del asiento y agarraba su mochila. Ryo lo volteó a ver con una sonrisa y asintió.
–¿Saldremos otros día, ne?–Keito sonrío.
–Está bien–dijo y empezó a salir del salón.
–¿Vienes?–preguntó volteando hacia Ryo que estaba distraído viendo a Yuto y su mochila.
–Sí, sí–respondió apuradamente.
–Te note muy distraído hoy, Ryosuke–dijo Keito serio.
–¿Distraído?
–Sí. Estabas mirando muy seguido hacia atrás, ¿porque?–preguntó intrigado.
–Es que–respondió algo nervioso–Hay un tipo que se sienta atrás que creo que he visto antes pero.
–¿Pero?
–No recuerdo dónde–rió.
Keito no estaba muy seguro de creer su respuesta, pero al notar que Ryosuke un poco mas nervioso prefirió no volver a preguntar.



Al legar a la entrada de la gran escuela se podía observar una gran fila de limosinas y carros lujosos.
–Ya llegaron por mi–dijo Keito–¡Nos vemos mañana!–gritó mientras caminaba hacia su auto, un Ferrari rojo.
Ryosuke se despidió y después de observar la fila fijó la vista en el auto al que se subía Yuto. Se quedó viéndolo detenidamente hasta que la presencia de otra persona que iba subiendo al carro lo despertó.
Era mas o menos de la estatura de Yuto y se veía menor, seguro era de primero pero ¿porqué se subía en el mismo auto? ¿Acaso eran hermanos? Pero, ¡ni se parecían!.
Observó como el carro se alejaba y el contenía la respiración algo nervioso por la idea. Suspiró y se dio cuenta de que estaba hecho un manojo de sentimientos por alguien a quien no conocía y probablemente no conocería.
Sacudió su cabeza tratando de ahuyentar la idea y después Ryosuke se talló los ojos y dio una palmadita en la cara.
No podía estar tan depresivo por alguien que no conocía y que había visto sólo por 6 horas. Puso una sonrisa y corrió en dirección a la casa de su prima.




Al llegar a su casa, una gran mansión con un portón 3 veces más grande que Ryo, tocó la puerta y abrió un viejo vestido de traje y que parecía muy amargado.
–¡Señorito Yamada!–pronunció con algo de desdén–¿Viene a ver a la Señorita Miki?
–Sí–dijo tratando de no seguir la cadena de odio. El mayordomo abrió la puerta y dejo pasar a Ryo quien subió las escaleras al cuarto de su prima. Los sirvientes iban y venían, caminaban a pasos apresurados pero la casa estaba en completo silencio. Al llegar al cuarto tocó algo penosamente.
–¡Pasa!–gritó Miki. Ryo entró cansadamente y se tiro en el tapete que había al pie de la cama de Miki.
Sin pensarlo dos veces Yamada fue al grano.
–Miki–comenzó–¿conoces a algún Nakajima?





–Yuto, ya es hora de cenar.
Yuto abrió la puerta y se encontró del otro lado a su hermanastro.
–Ya está la cena–dijo en tono frío a Yuto y empezó a caminar escaleras abajo. Caminó por toda la casa antes de llegar al comedor y entró sentándose en una mesa para 12 personas mirando todos los asientos vacíos. ¿Porqué tenían que cenar en un comedor tan grande si sólo eran 4? Después de él llego su hermanastro y se sentó frente a él haciendo muecas cada vez que Yuto lo miraba.
Esperaron incómodamente hasta que llegó su padre y se sentó en la cabecera todavía hablando por teléfono. El salón estaba callado y sólo se escuchaba la conversación que llevaba a cabo su padre y uno que otro crujido de los muebles. Cuando colgó el padre se quedo viendo a esos dos adolescentes con curiosidad y después de una sonrisa dijo.
–¿Porqué no platican?
Yuto sintió la presión de su padre por una respuesta y miró a su hermanastro quien desvío la mirada oponiendose completamente a responder.
–No, por nada padre–respondió. El mayor ignoró la respuesta y presionó más a su hijastro a responder.
–¿Porqué no platican? ¿Ryutaro?–dijo con una sonrisa algo forzada.
Ryutaro lo volteó a ver con una mirada amenazante a la cual el no respondió ni con miedo ni con amenaza.
–No me apetece hablar con su hijo, Sr. Nakajima–dijo fríamente y regreso la mirada a la nada. El Sr. Nakajima suspiró y respondió.
–Ya me puedes llamar padre, papá si gustas. Estoy casado con tu mamá no lo olvides.
Esas palabras hicieron que Ryutaro se sintiera mal. Un remolino de pensamientos atravesó su mente con velocidad, devastando toda la claridad que el chico tenía acerca de la situación. El casamiento de su mamá le había dejado un sabor agridulce, pero nada podía hacer por ello. Sólo guardó silencio.
–Está bien, como quieras–dijo el padre de Yuto levantando las manos resignado.
–Lo tendrás que aceptar tarde o temprano.
Ryutaro explotó. Pero antes de poder decir algo entró su mamá.
–¡Buenas noches familia!–dijo con una sonrisa y sentándose junto a su esposo le dio antes un beso a Ryutaro.
–Hijo, buenas noches.
Él la volteó a ver y sonrió. Era por la felicidad de su madre que se había resignado a la idea de vivir con un desconocido y un compañero de escuela. Eso, nada más. No podía hacer nada para cambiarlo.





–¿Nakajima? Sí, creo que mi papá trabaja con un Nakajima. ¿Por qué?– dijo Miki tocandose la barbilla.
–Ese apellido es muy reconocible, ¿no?
–Sí, supongo. Construyeron la mitad de los edificios de la ciudad. Pero dime ¿por qué preguntas?
–Nada, un compañero de mi clase se apellida así y estaba seguro de haber escuchado su apellido antes.




Ryo suspiró y decidió que ese día se acercaría a su compañero. Iba caminando por el pasillo de la escuela a paso lento y pensativo, pensando en como lo haría.
–¡Cuidado!–escuchó y salió de sus pensamientos para encontrarse tirado en el suelo junto con una mochila de la cual había salido todo el contenido.
–¡Lo siento!–dijo Ryo y empezó a levantar los cuadernos y libros.
–No, lo siento yo. No te vi–respondió el alumno parándose.
Ryo terminó de levantar los libros y cuando se acerco a su compañero notó que era Yuto y desvío la mirada sonrojado.
Yuto al levantar la mirada notó esto y también se sonrojó.
–Gracias–dijo algo nerviosó y levantó la mirada para volver a ver a Ryo antes de irse. Él le entrego los libros y sonrió mientras que Yuto se alejó algo confuso. Ryosuke se quedó ahí parado viendo hacia el suelo totalmente sonrojado, hasta que sacudió la cabeza para volver a la realidad. Él no podía tener nada con Yuto, no era posible.
–Disculpa–interrumpió uno de sus compañeros–¿Este cuaderno es tuyo?–dijo mostrándole el cuaderno.
Miró la portada y vio "Nakajima Yuto" escrito en ella.
–Sí, es mío–respondió y lo tomó. Esa sería su oportunidad para acercarse a él.

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Aquí termina este fic, espero que les haya gustado mucho más que la primera versión. Pronto tendré el segundo capítulo.