domingo, 3 de agosto de 2014

Who do you Love? Cap. 1 "Connaissez-vous la personne que vous aimez?"

Ya de regreso. Con más conocimiento en cuanto a la escritura y con una creatividad y ortografía renovada. Esta vez retomare un fan fic que mandé para un concurso hace cerca de cuatro años. Claro que jamás llegue a terminarlo y después le siguieron muchas otras situaciones que simplemente me lo siguieron impidiendo. Pero ahora les traigo la versión revisada, aumentada y mejorada de esta entrada. ¡Muchas gracias por leer!

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Nombre:Who do you love?
Numero de capítulos: Esperemos que 5
Parejas:Yamajima, Chiitaro
Genero: Shonen-ai,Drama, Comedia
Formato: Normal
Canción: "Bailando Solo" de Los Bunkers
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–Ryosuke! ¡Desayuno!

–¡Voy!– gritó Ryosuke desde su cuarto y salió arreglándose la corbata.
Bajó las escaleras y antes de sentarse a desayunar miró por la ventana observando las preciosas rosas que habían crecido ese año en el jardín.
–Primer día de escuela, ¿eh?– susurró para él mismo.

–¿Perdón?–dijo su mamá.
–No, nada.
Ryosuke se paró rápidamente y agarró su mochila todavía con el bocado en la boca.
–Ya me voy, no quiero llegar tarde el primer día. ¡Nos vemos más tarde!



Ryosuke llegó 20 minutos antes. Observó a su alrededor disfrutando del olor a tierra mojada, observando las rosas y a todos los estudiantes que entraban ansiosos al plantel para ver la tabla de salones. Él, al igual que sus compañeros se acercó y buscó su nombre con detalle.
–¡Estamos  juntos de nuevo!– Escuchó a lo lejos y volteó para ver a un pequeño chico lanzando una sonrisa a otro chico parado junto a él.
–¿No estas feliz, Yuto?
–¡Claro!– sonrió el muchacho y comenzó a avanzar hacia los salones.
Ryosuke se quedó observando al chico llamado Yuto mientras sentía un ligero estremecimiento y su corazón palpitar muy fuerte.
–Al parecer nos tocó de nuevo juntos.
Ryosuke volteó curiosamente para ver quién le decía eso y se encontró con su mejor amigo.
–¿Qué? ¿Hoy vienes de intelectual, Keito?–dijo burlonamente.
–No–respondió serio y volteando a ver la tabla de nuevo.
–Sólo me quería hacer el interesante–
–¿Interesante?–preguntó algo sarcástico–¿exactamente en qué sentido?–
Keito rió y le dio unas palmaditas en la espalda.
–No sabes qué pueda pasar–dijo y empezó a avanzar hacia los salones con Ryosuke siguiéndolo, riendo aunque un poco confundido por la respuesta.
–¿En que salón vamos?–preguntó Ryo después de un momento de silencio.
–En 2°A–respondió Keito mirando los carteles donde venían los grupos y grados impresos.
Después de caminar un rato se detuvo frente a un salón y entró, todavía con Ryo pisándole los talones. Cuando se pararon al frente todo el barullo dentro del salón se detuvo. Por algunos momento salieron pequeños murmullos de entre los cuales apenas se podían distinguir palabras. Keito avanzó entre las bancas observando cuidadosamente los lugares y sus dueños.
Mientras que Ryo simplemente se sentó en la banca del profesor a observar las nubes.
–¡Ryosuke!–interrumpió Keito–¿Qué te parece este lugar?–dijo señalando un lugar junto a la ventana.
Ryo lo vio de reojo y asintió, haciendo que la persona que estaba ahí se moviera a otro asiento al igual que el de la banca de junto.
Avanzó hasta el lugar y antes de sentarse agradeció al que le había cedido la banca haciendo que sonrojara y que los murmullos empezaran de nuevo. Después volteó hacia la entrada del salón para solamente observar quien llegaba y vio a el muchacho alto de hacia rato, Yuto. Observó como él y su compañero observaban estoicos la situación. Después de un momento volteó a la ventana algo apenado por quedarsele viendo de esa forma.
–¿Qué piensas hacer después de clases?–dijo Keito.
Haciendo que la atmósfera se alivianara de golpe y todos comenzaron a platicar como si nada hubiera pasado.
–No lo sé–contestó regresando su vista al salón para buscar a Yuto.–Supongo que iré con Miki, hoy también es su primer día de clases.
–¡Dios!–rezongó Keito–Tu siempre con tu prima.
Ryosuke rió y después de volver a inspeccionar el salón encontró a Yuto sentado en la esquina platicando con Yuri.
–Somos muy unidos después de todo–dijo regresando la vista a Keito.
–Pasamos toda la vida haciendo todo juntos.
–Sí, sí–Keito apoyó su cabeza en su brazo y se le quedó viendo a Ryo. Después de un rato entro el profesor presentandose y acomodando los lugares dejando a Yuto a solo dos lugares de Ryo. Éste se le quedó viendo de reojo casi toda la clase sin poner lo mas mínimo de atención. Había algo en ese chico que le atraía de una manera que no podía igualar en ese momento.



Las clases pasaron tan rápido como un estornudo y entre mas rápido mas aumentaba la euforia hacia Yuto. De verdad tenía algo que hacía que su corazón latiera fuerte y sintiera la respiración agitada.
¿Porqué había causada una sensación tan extraña en Yamada?
¿Qué tenía él de diferente comparado con sus demás compañeros? Probablemente nada. En esa "all-boys school" todos eran iguales ricos, hijos únicos o con un solo hermano, de casas grandes y lujosas, que han viajado por el mundo y un sin fin de lujos que solo la gente de su nivel social podía disfrutar. Pero él tenía algo. Algo que lo atraía mucho. Pero primero tenia que hablarle para después poder saber de que se trataba.
–¿Entonces vas con tu prima?–interrumpió Keito mientras se paraba del asiento y agarraba su mochila. Ryo lo volteó a ver con una sonrisa y asintió.
–¿Saldremos otros día, ne?–Keito sonrío.
–Está bien–dijo y empezó a salir del salón.
–¿Vienes?–preguntó volteando hacia Ryo que estaba distraído viendo a Yuto y su mochila.
–Sí, sí–respondió apuradamente.
–Te note muy distraído hoy, Ryosuke–dijo Keito serio.
–¿Distraído?
–Sí. Estabas mirando muy seguido hacia atrás, ¿porque?–preguntó intrigado.
–Es que–respondió algo nervioso–Hay un tipo que se sienta atrás que creo que he visto antes pero.
–¿Pero?
–No recuerdo dónde–rió.
Keito no estaba muy seguro de creer su respuesta, pero al notar que Ryosuke un poco mas nervioso prefirió no volver a preguntar.



Al legar a la entrada de la gran escuela se podía observar una gran fila de limosinas y carros lujosos.
–Ya llegaron por mi–dijo Keito–¡Nos vemos mañana!–gritó mientras caminaba hacia su auto, un Ferrari rojo.
Ryosuke se despidió y después de observar la fila fijó la vista en el auto al que se subía Yuto. Se quedó viéndolo detenidamente hasta que la presencia de otra persona que iba subiendo al carro lo despertó.
Era mas o menos de la estatura de Yuto y se veía menor, seguro era de primero pero ¿porqué se subía en el mismo auto? ¿Acaso eran hermanos? Pero, ¡ni se parecían!.
Observó como el carro se alejaba y el contenía la respiración algo nervioso por la idea. Suspiró y se dio cuenta de que estaba hecho un manojo de sentimientos por alguien a quien no conocía y probablemente no conocería.
Sacudió su cabeza tratando de ahuyentar la idea y después Ryosuke se talló los ojos y dio una palmadita en la cara.
No podía estar tan depresivo por alguien que no conocía y que había visto sólo por 6 horas. Puso una sonrisa y corrió en dirección a la casa de su prima.




Al llegar a su casa, una gran mansión con un portón 3 veces más grande que Ryo, tocó la puerta y abrió un viejo vestido de traje y que parecía muy amargado.
–¡Señorito Yamada!–pronunció con algo de desdén–¿Viene a ver a la Señorita Miki?
–Sí–dijo tratando de no seguir la cadena de odio. El mayordomo abrió la puerta y dejo pasar a Ryo quien subió las escaleras al cuarto de su prima. Los sirvientes iban y venían, caminaban a pasos apresurados pero la casa estaba en completo silencio. Al llegar al cuarto tocó algo penosamente.
–¡Pasa!–gritó Miki. Ryo entró cansadamente y se tiro en el tapete que había al pie de la cama de Miki.
Sin pensarlo dos veces Yamada fue al grano.
–Miki–comenzó–¿conoces a algún Nakajima?





–Yuto, ya es hora de cenar.
Yuto abrió la puerta y se encontró del otro lado a su hermanastro.
–Ya está la cena–dijo en tono frío a Yuto y empezó a caminar escaleras abajo. Caminó por toda la casa antes de llegar al comedor y entró sentándose en una mesa para 12 personas mirando todos los asientos vacíos. ¿Porqué tenían que cenar en un comedor tan grande si sólo eran 4? Después de él llego su hermanastro y se sentó frente a él haciendo muecas cada vez que Yuto lo miraba.
Esperaron incómodamente hasta que llegó su padre y se sentó en la cabecera todavía hablando por teléfono. El salón estaba callado y sólo se escuchaba la conversación que llevaba a cabo su padre y uno que otro crujido de los muebles. Cuando colgó el padre se quedo viendo a esos dos adolescentes con curiosidad y después de una sonrisa dijo.
–¿Porqué no platican?
Yuto sintió la presión de su padre por una respuesta y miró a su hermanastro quien desvío la mirada oponiendose completamente a responder.
–No, por nada padre–respondió. El mayor ignoró la respuesta y presionó más a su hijastro a responder.
–¿Porqué no platican? ¿Ryutaro?–dijo con una sonrisa algo forzada.
Ryutaro lo volteó a ver con una mirada amenazante a la cual el no respondió ni con miedo ni con amenaza.
–No me apetece hablar con su hijo, Sr. Nakajima–dijo fríamente y regreso la mirada a la nada. El Sr. Nakajima suspiró y respondió.
–Ya me puedes llamar padre, papá si gustas. Estoy casado con tu mamá no lo olvides.
Esas palabras hicieron que Ryutaro se sintiera mal. Un remolino de pensamientos atravesó su mente con velocidad, devastando toda la claridad que el chico tenía acerca de la situación. El casamiento de su mamá le había dejado un sabor agridulce, pero nada podía hacer por ello. Sólo guardó silencio.
–Está bien, como quieras–dijo el padre de Yuto levantando las manos resignado.
–Lo tendrás que aceptar tarde o temprano.
Ryutaro explotó. Pero antes de poder decir algo entró su mamá.
–¡Buenas noches familia!–dijo con una sonrisa y sentándose junto a su esposo le dio antes un beso a Ryutaro.
–Hijo, buenas noches.
Él la volteó a ver y sonrió. Era por la felicidad de su madre que se había resignado a la idea de vivir con un desconocido y un compañero de escuela. Eso, nada más. No podía hacer nada para cambiarlo.





–¿Nakajima? Sí, creo que mi papá trabaja con un Nakajima. ¿Por qué?– dijo Miki tocandose la barbilla.
–Ese apellido es muy reconocible, ¿no?
–Sí, supongo. Construyeron la mitad de los edificios de la ciudad. Pero dime ¿por qué preguntas?
–Nada, un compañero de mi clase se apellida así y estaba seguro de haber escuchado su apellido antes.




Ryo suspiró y decidió que ese día se acercaría a su compañero. Iba caminando por el pasillo de la escuela a paso lento y pensativo, pensando en como lo haría.
–¡Cuidado!–escuchó y salió de sus pensamientos para encontrarse tirado en el suelo junto con una mochila de la cual había salido todo el contenido.
–¡Lo siento!–dijo Ryo y empezó a levantar los cuadernos y libros.
–No, lo siento yo. No te vi–respondió el alumno parándose.
Ryo terminó de levantar los libros y cuando se acerco a su compañero notó que era Yuto y desvío la mirada sonrojado.
Yuto al levantar la mirada notó esto y también se sonrojó.
–Gracias–dijo algo nerviosó y levantó la mirada para volver a ver a Ryo antes de irse. Él le entrego los libros y sonrió mientras que Yuto se alejó algo confuso. Ryosuke se quedó ahí parado viendo hacia el suelo totalmente sonrojado, hasta que sacudió la cabeza para volver a la realidad. Él no podía tener nada con Yuto, no era posible.
–Disculpa–interrumpió uno de sus compañeros–¿Este cuaderno es tuyo?–dijo mostrándole el cuaderno.
Miró la portada y vio "Nakajima Yuto" escrito en ella.
–Sí, es mío–respondió y lo tomó. Esa sería su oportunidad para acercarse a él.

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Aquí termina este fic, espero que les haya gustado mucho más que la primera versión. Pronto tendré el segundo capítulo.

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